Hola hermanitos!!! este fin de semana me pasó algo muy extraño.
Quedamos con unas amigas super divertidas a comer. Aquí casi todo se celebra comiendo: quedamos a comer, a merendar, a cenar. Es uno de los mayores placeres además del sexo.
Es genial reunirse porque hablamos de nuestras experiencias y vivencias. De las peleas con los demás, de las tonterías que hacen los demás, de los errores de los demás. Y a veces incluso de las nuestras.
Según el grado de consciencia es más o menos constructivo, me gusta mucho. Son personas tan divertidas, se aprende tanto gracias a ellas.
La comida une muchísimo. Me he aficionado a este tipo de encuentro y comer es realmente un placer aunque para algunas esos placeres se quedan plasmados en sus cuerpos en forma de cúmulos energéticos que dan volumen a sus vehículos físicos.
Esto no les gusta y por ello intentan tomar alimentos “light”, ligeros, sin grasas, sin azúcares. Lo intentan una y otra vez con poco éxito porque cuesta privarse de ese gran placer.
Esas gorduras tienen poca inteligencia y juegan con los humanos. Quizás tengan una inteligencia burlona porque se les colocan siempre en el mismo lugar en vez de repartirse uniformemente, con lo que se producen deformidades que impiden a la ropa adoptar la forma rectilínea.
Al fin y al cabo redondean, son muy Yin y contrarrestan el exceso de Yang. Pero es cierto que algunos cuerpos son muy muy YIN. A mi personalmente me gustan los cuerpos YIN. Hay gustos para todos.
Tengo la suerte de que mi programa físico no incluye la acumulación de YIN cuando me alimento y puedo comer y comer todo lo que me gusta. Fue un acierto instalarlo antes de venir a la Tierra porque muchos reniegan de todos sus fallos.
Ayer me inflé a pastelitos de nata, es una de mis debilidades. ¡Qué buenos estaban, qué momentazo!!!! Luego nos fuimos a una tetería, un lugar especializado en tés como su nombre indica.
Al segundo sorbito provocó un retortijón estomacal que me duró toda la noche. ¿Porqué? Estuve indagando para saber qué había provocado ese malestar, porqué me sentía inflado y claro llegué a la conclusión de que las hierbas no son buenas para el cuerpo.
Es evidente que no pudieron ser los 12 pastelitos de nata puesto que me sentí muy bien. Tampoco hubo ningún episodio mental-emocional, asi es que tendré que rendirme a la evidencia: las hierbas y plantas no son buenas para mi salud.
De hecho a mi compañera le atacaron ayer mientras tomaba una infusión. Tienen la fuerza suficiente de mover la taza para derramarse sobre tus piernas y quemarte. ¿Qué llevan las plantas de este planeta? ¿Qué les han hecho para que sean tan agresivas? ¿Se han vuelto locas como nosotros? ¿se habrán humanizado y se están vengando porque no les gusta que las arranquemos de su hábitat y nos las comamos?
El tema de la alimentación es muy extraño. Cada uno nos montamos la película que más nos conviene. Tenemos una capacidad creativa e inventiva ilimitada. “Mi cuerpo me pide azúcar, chocolate, café, etc…Esa vocecita es tan peligrosa…normalmente es la mente la que nos engaña y se camufla para pedir tonterías.
Hay miles y miles de teorías sobre qué comer, qué beber…y cada uno elegimos la que más nos interesa y nos viene bien. No es necesariamente la más apropiada para el cuerpo, pero tenemos la capacidad de inventar todo tipo de excusas que nos liberen de la culpa y justifiquen nuestra decisión. Es tan divertido escuchar esas vocecitas!!!
Tengo claro qué daña o qué le viene bien a mi cuerpo. Pero también que estoy experimentando en este Planeta y que, tome lo que tome, lo hago porque quiero, porque en ese momento me apetece, sabiendo incluso que no es lo mejor, pero no me culpo, lo disfruto y punto.¿ A quien tengo que dar explicaciones sobre sus efectos? A mi. Solo a mi. ¿Quien padecerá sus efectos? Yo y solo yo.
Asi es que mientras no me engañe a mi mismo, todo está permitido. Estamos en constante evolución y en el camino vamos mejorando, superándonos, haciéndolo cada día mejor porque la Consciencia y el Sentido Común nos van guiando para realizar los cambios que nos lleven a sentirnos Libres y en Paz.
Las dietas son un suplicio y una esclavitud. Demasiados consejos, demasiadas teorías que impiden ser libres y felices. Si eres feliz siendo vegetariano adelante, si lo que te gusta es respirar Prana o alimentarte del Sol, genial. Si a veces te atiborras de nata y chocolate pues disfrútalo y ya te dará el hígado un buen palo para que decidas si sigues o no por ese camino.
Cuando mi hígado está de mi hasta las narices, sabe muy bien como rebelarse para que empiece la fase depurativa, mis órganos son inteligentes. Y como también tengo un programa para ser disciplinado y amoroso conmigo, pues le doy otros alimentos que le vienen genial…a él y a mi mente, porque cuando voy saturadito de azúcar parezco un zombi subnormal.
Es cierto: no conectas con nada superior, te pesa el cerebro, las neuronas, te pones espeso, la creatividad es inexistente. Si bien es un descanso para los que me rodean, que por fin dicen: ¡ya era hora que dejaras de parir tantas ideas…menudo culo inquieto!!
La comida natural y sana es un lujo, es prohibitiva para los bolsillos. Comer en general alimentos manipulados, con pesticidas, colorantes, etc está al alcance de la mayoría de nosotros. ¿Querrán que enfermemos y nos intoxiquemos? ¿estará unido con la industria farmacéutica?
Si, es algo llamativo. Para poder acceder a lo sano y natural como los alimentos y productos de herbolario, los que no son químicos, ¡hay que ser rico o trabajar horas extra!
Mientras que con 200,00 euros casi llenas la cesta de la compra, si compras productos biológicos, te cabe en las manos todo lo que puedes adquirir.
Por no hablar de la mentalidad acerca de los medicamentos. Es un programa muy bien tramado por el Sistema para llenar sus arcas. Te habitúan a tomar fármacos llenos de efectos secundarios y si recomiendas a un amigo o familiar algo alternativo natural se ponen de los nervios. Tienen MIEDO. ¡Tienen miedo a lo natural, a lo sano! ¿Qué ha pasado en sus cerebros?
No conozco un negocio que fidelice mejor a sus clientes: la industria farmacéutica. Tienen la gran habilidad de cronificar, para que sus “pacientes-clientes” tengan siempre las mesillas llenas de medicamentos habituales, para esas enfermedades que sabemos podrían sanarse llegando al origen: mental-emocional.
Este es un tema que molesta bastante y que crea un montón de rabia en general. Lo cual también es bueno para la sombra que se alimenta de todo lo que pilla sin miedo a atascarse ni destrozar su hígado. Todos estos hechos externos son el alimento que recibimos si estamos abiertos a tragarlos sin precauciones.
Son meras observaciones para contaros como van las cosas por aquí. Lo que de verdad importa es alimentar sanamente la mente y emociones para que estos alimentos externos no nos perjudiquen ni sean nuestra principal fuente de alimentación.
Porque la comida solo es una de las formas de alimentarse. La crítica, la rabia, la insatisfacción, el miedo son alimentos muy habituales, invisibles, que forman parte de la dieta humana y que son las verdaderas causantes de la enfermedad. Además de pensar en qué comer mañana, merece la pena tomar consciencia de “Qué alimentos doy a mi mente cada segundo”.
A mi me encanta darle nata…dulzura…¿también le doy dulzura a mi mente o soy un amargado? Me encanta observar estos comportamientos porque me aportan respuestas interesantes.
Hermanos, me voy a comer algo…energías con formas, colores , sabores y texturas variopintas…es un espectáculo para nuestros sentidos observar las infinitas posibilidades de la energía…menudos genios sois, para crear y crear tantas y tantas opciones, para materializar la energía. Este lugar es francamente mágico y merece la pena experimentarlo cuando te conviertes en observador.
Abrazos arco-iris.
Harxhelish